Hoy… después de tanto tiempo, puedo llorar tranquilo en el lugar más oscuro de mi corazón. Sin que mis lágrimas inunden mis tristes mejillas, y calmar mi llanto en las profundidades de este inútil y terco corazón.
Toda esta agonía en la que me mata cada día, acorta mi vida, entorpeciéndola y quitando mis razones de vivir.
No sé qué hacer… más que tocar mi guitarra y hacerla llorar, reflejando mis sentimientos con cada traste, acorde y cuerda que pasan por mis dedos repletamente bañadas de sangre. Es ese momento donde mis sentimientos se abren, mostrando mi oscura y negra alma, porque en ella muestro mis gritos y mis llantos, por el que llevo tanto sufriendo y ocultando a los demás. Ahora comprendo que mi guitarra forma parte de mí, porque en ella son mis ojos, por el cual lloran y brotan lágrimas de dolor, son mi voz por el cual, no dejo de gritar mi dolor y yo… soy su corazón por el cual le doy la vida mi agonía
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