jueves, 12 de diciembre de 2013

Mundos

Pensar que yaces en el cielo, me hace recordar que fui desterrado sin la esperanza de volverte a ver… a vagar un mundo de oscuridad en el que reinan los pecados del  hombre. Un mundo desterrado a la vista de Dios en donde la arena seca del desierto junto a los cadáveres putrefactos no tiene importancia como las vanidades que rodean alrededor de todos, más  mi vanidad es volver a estar a tu lado y alejarme de todos estos perjuicios de este mundo para no ser corrompido, y ganarme una vez más la entrada al cielo para estar contigo.
No dejo de pensar de pensar que estarás esperándome aparecer por la puerta de nuestro hogar en el cual descubrimos un mundo de magia y pasión, donde no existe la noción del tiempo, pero… el tiempo me marchita a igual que una flor, porque tú eres el alimento que me hace conservar los pétalos, junto al color resplandeciente que atribuye a mis ganas de vivir.
Observo almas en pena que lloran lágrimas de dolor, corazones incomprendidos llenos de melancolía que se refugian en la soledad más oscura del ser, con mentiras y más mentiras, haciendo un trono de caos, maldad, lujuria, ociosidad, envidad, avaricia, guerras…
No obstante… sé que no saldré de este lugar, y más habiendo visto lo que no debería, comienzan a perecer mis sentidos y sentimientos, porque ya no sé quién soy yo….
Moriré habiendo conocido la felicidad a tu lado, pero este mundo hará que resurja entre mis cenizas con odio por no haber podido escapar.