lunes, 20 de abril de 2015

Jamás pensamos que lo perderemos.

“A veces… no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”  y así somos de estúpidos, es nuestra forma ser; disfrutamos de las cosas y damos trato distinto a lo que tenemos en nuestras vidas. Nuestra actitud ignorante y egoísta, nos lleva a olvidarnos de las cosas más pequeñas, pensando que podemos vivir sin ello, hasta que un día desaparece acompañado de un nudo en el estómago y un sabor amargo en la garganta.
La sensación es extraña porque aturde a tu mundo, y no comprendes lo que está pasando en ese momento, y te deja mudo y sin palabras. Reflexionas sobre lo ocurrido con una amarga añoranza e intentas solucionarlo para volverlo a tener, como si quitaran a un niño un juguete viejo que no da uso y reclama en llanto su vuelta. No somos tan distintos de cuando éramos  pequeños.
 Somos seres humanos que podemos cometer mil y un errores. No damos el trato adecuado a lo que tenemos… Pero jamás pensamos que lo perderemos. Y es cuando nos intentamos aferrarnos con una segunda oportunidad.
Quizá necesitamos asumir lo que perdemos y no ir detrás de ello, así podremos crecer un poco más. Y si algo merecemos… estará adaptada a nosotros, por lo cual el llanto de melancolía es innecesario cuando tú puedes encontrar algo mejor.